Carlos Alberto García Moreno (Buenos Aires, 23 de octubre de 1951), conocido como Charly García, es un músico, cantautor, intérprete y productor argentino de rock.
Fundó varias bandas de rock argentino como Sui Géneris, Serú Girán y La Máquina de Hacer Pájaros, y tiene una amplia carrera como solista. Con 47 discos oficiales grabados en 48 años (1969-2017) como músico profesional, más 4 discos no oficiales con temas inéditos y otros participando como músico invitado de diferentes artistas y en diferentes épocas.
Ha ganado varios premios a lo largo de su trayectoria como el Grammy a la Excelencia Musical en Las Vegas, otorgado por la Academia Latina de la Grabación, que entrega los Premios Grammy Latinos; el Premio a la Trayectoria en la entrega de los Premios Clarín Espectáculos 2009 y el Premio Konex en varias oportunidades, incluyendo el de platino en 1985 como «mejor instrumentista» / «conjunto de rock» de la historia en la Argentina. En 2010 fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires por la Legislatura Porteña y en 2013 recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de General San Martín. En los Premios Gardel 2018 (organizado por la Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videogramas- CAPIF) se impuso en seis de los siete categorías en los que estaba nominado, incluida Álbum del Año por su disco «Random». Tras 15 años, el ex Sui Generis volvió a ganar la estatuilla de oro, siendo esta la tercera vez que recibe esta distinción
Infancia (1951-1963)
Es el primogénito de una familia porteña de buena posición económica, del barrio de Caballito. Hijo de Carmen Moreno y Carlos Jaime García Lange, dueño de la primera fábrica de formica del país, y descendiente de holandeses por vía materna. Tiene tres hermanos: Enrique (ya fallecido), Daniel y Josi, la única niña. Aunque su madre Carmen se dedicaba al cuidado y educación de sus hijos quiso que cada uno tuviera una niñera profesional, y para mayor orden y control, dispuso que cada uno durmiera en una habitación separada. En el año 1956 (a los cinco años de edad) lo inscribieron en el Conservatorio Thibaud Piazzini de Buenos Aires, donde inició sus estudios de música con la profesora Julieta Sandoval, una docente estricta y rigurosa que le enseñó a tocar música clásica (obras de Bach, Mozart o Chopin).
A finales de los años cincuenta, los padres de Charly emprendieron un viaje a Europa. Los niños quedaron bajo la tutela de las niñeras y la abuela. García se aferró cada vez más a su piano de juguete, intentando olvidar la ausencia de sus padres. Sufrió una crisis nerviosa, trastorno que le provocó vitiligo.
Los signos de la enfermedad se notaron desde su juventud, era evidente la falta de pigmentación en la mitad del bigote. Esto originó su sobrenombre de Bigote Bicolor.
¿Por qué tengo el bigote bicolor? Porque mamá y papá se fueron muy lejos. Los extrañé mucho y así me salió el bigote. No fue antojo, fue un extrañar. Tenía 2 años y 32 mucamas.
Cuando regresaron de su viaje por Europa, la situación económica de la familia entró en crisis: el padre comenzó a trabajar como profesor enseñando física y matemáticas, y su madre empezó a trabajar como productora de un exitoso programa de radio titulado Folklorísimo, en el que solían presentarse a las máximas estrellas del folclore argentino, corriente en auge en ese tiempo. Carmen comentaba a todos acerca de las virtudes como pianista de su hijo. Fue así como artistas de la talla de Ariel Ramírez (1921-2010) y Mercedes Sosa (1935-2009) lo escucharon tocar.
A los doce años se recibió de profesor de teoría y solfeo.
Le ofrecieron una beca para ir a estudiar dirección de orquesta a Italia pero él la rechazó, contra las opiniones de sus padres.
Inicios (1954-1969)
En aquellos días de su infancia, además de su pasión por la música, García sentía un profundo interés por la mitología griega, aspectos del cosmos y los dinosaurios. Esa rica vida interior funcionaba como un refugio frente a la rigidez impuesta por el mundo exterior, incluido el estricto régimen disciplinario derivado de su educación musical.
Una noche, Mercedes Sosa fue a cenar a casa de los García Moreno. Al escuchar tocar el piano a Carlitos, le comentó a Ariel Ramírez: «Este chico es como Chopin». Orgullosa, mamá Carmen no dejó de decir que su hijo era un verdadero genio a cuanta persona se le acercara. El chico amaba la música clásica y odiaba lo popular, al igual que sus padres. Apenas dormía –sentía que si lo hacía era una pérdida de tiempo- y se pasaba los días enteros interpretando a Chopin y Mozart.
Años después, Los Beatles constituyeron un cambio radical para su vida, su música le abrió su espectro musical para siempre. Con ellos, llegaron también los Rolling Stones, Bob Dylan, The Byrds, The Who, entre otros. Allí acabó su carrera de músico clásico. Pidió a gritos que le compraran una guitarra eléctrica, se dejó el pelo largo y comenzaron las peleas con su padre, quien esperaba que se convirtiera en concertista o en ingeniero. Esta relación nunca más lograría componerse. Aunque no tenían problemas económicos, empezó a insistirle en que saliera a conseguir algún trabajo para financiar sus «vicios». Con su madre fue distinto: «Yo siempre supe adónde iba a llegar Carlitos. Después de que nacieron mis otros hijos y nietos me di cuenta que él era especial. A mí a veces hasta me daba miedo porque decía: “¿Cómo puede ser que un chico de tres años pudiera tocar cualquier cosa en el piano?”. Charly fue una cosa especial; hago mal en decirlo, pero era así»